Algunos de los rincones más importantes de este municipio del Caribe colombiano, y sus alrededores.

Las mariposas amarillas, fruto de la imaginación del Premio Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, adornan calles, balcones y hasta paredes de Ciénaga, un municipio caribeño, ubicado en el departamento del Magdalena, el cual hace parte de la inspiración del realismo mágico que el escritor plasmó en su emblemática obra: «Cien años de soledad”.

La Ciénaga Grande de Santa Marta y la Sierra Nevada son el epicentro de Macondo, el lugar descrito por García Márquez. Además de Aracataca, su ciudad natal y toda la zona bananera, de la cual hace parte este municipio.

En Ciénaga, incluso hay restaurantes y hoteles con nombres de los personajes que conforman la obra, y hacen parte de un realismo mágico que, además, se ve en sus atardeceres, arquitectura colonial, paisajes y ambiente del lugar.

Sí. En Ciénaga, hay rincones y momentos sacados como de un libro. Como un atardecer en el Malecón del pueblo, con tonos amarillos, rojos y naranjas pintados en el cielo, que se puede ver a la distancia, mientras suenan las melodías de la cumbia y el caimán cienaguero.

Allí, también se puede disfrutar del atractivo colonial de la plaza central, del palacio municipal y de hoteles, como el de La Casa de Remedios La Bella, haciendo alarde a uno de los personajes del ‘Gabo’, donde cada habitación es nombrada con cada uno de los personajes femeninos de su obra.

“Ciénaga es considerada la capital del realismo mágico porque se ha investigado y ya se ha dicho que buena parte de los insumos que utilizó García Márquez para escribir su obra lo obtuvo de este territorio. No sólo de la ciudad, sino también de todo lo que es el territorio de Ciénaga, especialmente lo que está conformado por la zona bananera”, describió Agustín Lara, embajador de la Reconciliación del programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA.

El patrimonio arquitectónico histórico, mitológico y legendario que se encuentra ubicado en el Centro Histórico y su área de influencia, se puede conocer a través de un bicipaseo que permite visitar, además, el Cementerio San Miguel, la Logia Masónica, la Casa del Diablo, la iglesia San Juan Bautista, entre otros.

O, incluso, hacer  un recorrido en torno a la obra más importante de García Márquez consiste en recorrer todos los sitios emblemáticos de esta obra en Magdalena.

“La parte real de Cien años de soledad hasta llegar Aracataca, el sitio donde nació el Nobel de Literatura, y visitar sitios como la casa museo o como la casa del grafista, y  muchos otros atractivos que existen en todo este corredor”, explica el embajador.

Realismo mágico de la naturaleza

Visitar la Ciénaga Grande es posible, gracias a un recorrido denominado El Tour de la Naturaleza, que permite recorrer todos los ríos que son afluentes del complejo lagunar y que concentran una gran cantidad de especies importantes de flora y fauna.

Como lo explicó Agustín, el municipio “está ubicado en la cabecera del complejo lagunar más grande de Colombia, que es la Ciénaga de Santa Marta, un santuario de Flora y Fauna. Reserva Mundial de la Biósfera, Parques Naturales y que adicionalmente es un sitio donde vienen muchas aves migratorias (…) Pero también porque está ubicada al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta, que es el macizo montañoso más alto del mundo, a nivel del mar y por supuesto, el gran patrimonio que se generó a través de lo que fue la bonanza bananera”.

Tuvimos la oportunidad de visitar, muy cerca de Ciénaga, el muelle del Parador Turístico de Pueblo Viejo y el Muelle Náutico, punto de partida para visitar el río Sevilla, uno de los ocho afluentes que vierten sus aguas directamente en la Ciénaga Grande y bajan en el gran complejo montañoso de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Tras aproximadamente 13 kilómetros de recorrido, se puede ver la inmensidad del río, donde el silencio y la paz de la naturaleza se mezclan con los bellos paisajes, reflejados en el agua pura, y la inmensidad de la montaña.

“La importancia de estos ríos precisamente es el gran contenido natural. La inmensa cantidad de naturaleza que tiene que ver con la flora, con la fauna y que definitivamente nos ofrece un espacio para la tranquilidad, para el disfrute de la paz. Lo que es verdaderamente el silencio profundo que se respira o que se siente en el espacio es motivo de inspiración para muchas cosas. Además, el canto de las aves, el canto de los monos aulladores que pernocta en estos árboles frondosos que están a las orillas del río Sevilla, pues hacen de esto un atractivo muy importante”, contó Agustín.