Estados Unidos es el principal donante del mundo para la salud pública global, aportando cada año miles de millones de dólares para combatir enfermedades como el VIH/SIDA, ébola, malaria/paludismo y ahora COVID-19.

El compromiso con la salud pública global se mantiene firme mientras Estados Unidos investiga el fracaso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dar información oportuna y precisa sobre el brote de coronavirus en Wuhan (China).

Estados Unidos ha comprometido más de 775 millones de dólares para ayudar a países de todo el mundo a responder ante la pandemia de COVID-19. Esta ayuda de emergencia humanitaria, económica y para la salud se suma al financiamiento ya entregado a organizaciones multilaterales y no gubernamentales (ONG) para ayudar a comunidades de todo el mundo.

La OMS no respondió apropiadamente
En enero la OMS hizo eco de las afirmaciones del Partido Comunista de China (PCCh) de que el virus no se estaba contagiando de persona a persona, a pesar de la creciente evidencia de lo contrario, y fue lenta para declarar una emergencia.

“Si la OMS hubiera cumplido su tarea de llevar expertos médicos a China para evaluar objetivamente la situación en el terreno, y denunciado la falta de transparencia en China, el brote podía haber sido contenido en su fuente con muy pocas muertes”, dijo el presidente Trump el 14 de abril, al anunciar que Estados Unidos suspendía su financiamiento a la OMS, dependiendo de una revisión ulterior.

“Al ser el principal patrocinador de la organización, Estados Unidos tiene el deber de insistir en una plena rendición de cuentas”, dijo el presidente. Estados Unidos aporta a la OMS más de 500 millones de dólares al año.

La ayuda está destinada a frenar el contagio del coronavirus con el reforzamiento de los sistemas de cuidado de la salud, preparando a laboratorios y capacitando a los trabajadores médicos. La asistencia de Estados Unidos ha ayudado a países de todo el mundo .

El secretario de Estado de Estados Unidos Michael R. Pompeo dijo que la pronta difusión de información precisa habría frenado el impacto del coronavirus en todo el mundo. Más bien la OMS repitió las falsas afirmaciones del PCCh y se retrasó en declarar al virus como una emergencia de salud pública de preocupación internacional, retrasando la aplicación de medidas para la contención, antes de finalmente hacer el anuncio el 23 de enero.

Mientras el PCCh suprimía el dato crítico de que el brote en Wuhan se estaba extendiendo por medio del contagio entre personas, Taiwán alertó pronto a la OMS de esta preocupación, el 31 de diciembre.

Mientras tanto, el PCCh rechazó las ofertas de Estados Unidos, que comenzaron el 6 de enero, para estudiar el virus en Wuhan, disciplinó a los médicos chinos y expulsó a los periodistas que trataban de conseguir datos sobre el rápido contagio del virus.

“Necesitamos que la Organización Mundial de la Salud cumpla con su tarea, que cumpla con su función principal, que es garantizar que el mundo cuente con información precisa, efectiva y real sobre lo que ocurre en el espacio de la salud global”, dijo Pompeo en una entrevista del 14 de abril. “Y no consiguieron hacer eso allí”.