Felicitas y Gonzalo Méndez.
Crédito de la foto: Cortesía de la familia Méndez

En el primer día del Mes Nacional de la Herencia Hispana en los Estados Unidos, el Doodle de hoy celebra a la  puertorriqueña, pionera de los derechos civiles y empresaria, Felicitas Méndez. Junto a su esposo Gonzalo, Felicitas ayudó a encabezar y ganar la monumental demanda Méndez v. Westminster, que en 1946 resultó en el primer fallo de un tribunal federal estadounidense contra la segregación de escuelas públicas, casi una década antes de Brown v. Board of Education.

Felicitas Méndez (Felicita Gómez Martínez, su nombre natal) nació el 5 de febrero de 1916 en el pueblo de Juncos, Puerto Rico. Se mudó con sus padres al suroeste de Estados Unidos cuando era preadolescente, y la familia finalmente se unió a la comunidad latina de trabajadores agrícolas en el condado de Orange en California. En 1935 se casó con Gonzalo Méndez, un inmigrante mexicano que trabajaba con su padre en el campo. Juntos, la pareja abrió un café en el vecindario y luego administró una granja exitosa en la pequeña ciudad de Westminster.

En 1944, a los tres hijos de los Méndez se les negó la inscripción en una escuela pública local debido a su origen étnico y color de piel. No queriendo aceptar esta injusticia, la pareja decidió pelear la decisión. Con la demanda Méndez v. Westminster, Gonzalo Méndez y otros cuatro padres demandaron al distrito escolar de Westminster y a varios otros para exigir el fin de la segregación de estudiantes hispanos. Felicitas Méndez organizó comités para apoyar el caso y administró hábilmente la granja Méndez por su cuenta, generando ganancias récord que ayudaron a subsidiar la demanda.

El 18 de febrero de 1946, el tribunal de distrito federal concluyó que los distritos escolares violaban el derecho de los ciudadanos mexicoamericanos a la igualdad de protección ante la ley y falló a favor de la familia Méndez y los demás padres. Afirmada por la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito el año siguiente, esta decisión histórica allanó directamente el camino para una ley que pedía la integración de todas las escuelas públicas de California ese mismo año, así como la decisión de Brown v. Board of Education por la Corte Suprema  siete años después, que declaró inconstitucional la segregación de las escuelas públicas.

En 2011, la hija de Méndez, Sylvia, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto honor civil de los Estados Unidos, en reconocimiento a su papel y al de sus padres en el caso Westminster v. Méndez y su dedicación de por vida a los derechos civiles y la educación.

Gracias, Felicitas Méndez y familia, por ayudar a liderar el camino hacia un futuro más justo.