Fernando «Pino» Solanas, fallecido a los 84 años en París, llevaba décadas de militancia activa, su desembarco en la política partidaria ocurrió a principios de los ’90, después de un hecho inesperado. El cineasta, ya con una amplia trayectoria artística, recibió cuatro balazos en las piernas en un ataque realizado por desconocidos, después de haber formulado fuertes críticas al entonces presidente Carlos Menem en mayo de 1991. Solanas había sido uno de los primeros en alzar la voz en los medios contra la privatización de los ferrocarriles que emprendía el líder justicialista, lo que le valió una denuncia penal del riojano por calumnias e injurias.

Sus cuestionamientos a la política de privatizaciones, que incluyeron la cesión de las Galerías Pacífico, que pertenecían a Ferrocarriles Argentinos, se extendieron a las denuncias por corrupción que salpícaron al menemismo.

Como director de cine junto con Octavio Gettino dirigió «La hora de los hornos» (1968), que se distribuyó en circuitos informales, al ser censurada, hasta que fue estrenada durante el gobierno peronista de 1973. Tras la recuperación de la democracia retrató las experiencias de los argentinos que habían emigrado durante la dictadura en sus películas «Tango. El exilio de Gardel» (1985) y «Sur» (1988), premiada en el Festival de Cannes.