La foto que retrata al nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con el papa Francisco en el Vaticano, se luce sobre la mesa del Estudio Oval de la Casa Blanca y adquiere un carácter de símbolo.
La primera jornada de Biden como presidente en ejercicio comenzó con una misa en la catedral de San Mateo, celebrada por el jesuita Kevin O’Brien y donde el propio Francisco había pronunciado una vibrante homilía en favor de la unidad de los obispos estadounidenses en 2015.
A los observadores más atentos no se les escaparon varios detalles del primer «día de trabajo» de la nueva administración estadounidense, que llevan a la reconstrucción de un «contacto directo» -y evidentemente estrecho- entre el nuevo presidente Joe Biden y el papa.
«Los temas de convergencia principal -explicó a ANSA Massimo Faggioli, docente en la Villanova University y experto en catolicismo estadounidense, que precisamente en estos días publicó el ensayo ‘Joe Biden y el catolicismo en Estados Unidos’- son ambiente, emigración, refugiados y en general la gran cuestión del multilateralismo y las relaciones internacionales, porque la administración Trump se había distinguido por una ideología de unilateralismo, la llamada ‘America First’, pero de hecho ‘America Only'».
«En todo esto se encuentra la gran cuestión de la salvaguarda de las instituciones democráticas y constitucionales, sobre las cuales existe un puente nuevo que se crea porque históricamente el catolicismo norteamericano y Estados Unidos estaban indudablemente del lado de la democracia y de la institución», explicó.
«En estos últimos años, en cambio, hemos visto que no fue así y el Vaticano del papa Francisco se convirtió en una de las voces más importantes para la defensa de los sistemas constitucionales como sistemas que defienden las minorías, los derechos».
«Por lo tanto -observó Faggioli- es una alianza bastante inusual, porque la situación norteamericana también es de emergencia democrática. Si uno mira por ejemplo eventos como el Brexit o la afirmación del soberanismo -de un Bolsonaro en Brasil, por ejemplo- comprende aún mejor el nuevo tipo de puente que se crea entre Washington y el Vaticano».
Faggioli también subrayó muchos detalles que, particularmente ayer, revelaron la existencia de una relación de primer orden entre Biden y el pontífice argentino, y que llevan a intuir un acuerdo entre el nuevo presidente de la superpotencia norteamericana y la autoridad católica que se desplegará sin duda a nivel global.
«Joe Biden -reconstruyó Faggioli- es un católico en política desde hace casi 50 años, por lo tanto está muy familiarizado con las jerarquías eclesiásticas y también con el Vaticano especialmente, porque fue vicepresidente de Barack Obama durante ocho años y por lo tanto ya vino al Vaticano».
«En general el presidente norteamericano y el Vaticano deben mantener una cierta distancia, en la historia pasada ha sido así, pero en esta situación es diferente porque tanto Joe Biden como el papa Francisco tienen relaciones muy difíciles con los obispos norteamericanos y por lo tanto es un puente más fácil de construir para ambos. También son hombres casi de una misma generación, que pueden entenderse bien».