La film brasileña obtuvo la Concha de Oro a la Mejor Película, premio al que también se sumaron los de Mejor Actor y Mejor Fotografía.

Con un potente relato rodado en una favela de Río de Janeiro, Pacificado hizo historia este sábado al convertirse en la primera película brasileña en alzarse con la Concha de Oro a mejor película en el Festival de San Sebastián.

La cinta dirigida por el estadounidense Paxton Winters y producida por su compatriota Darren Aronofsky (Requiem for a DreamBlack Swan), fue la gran ganadora de la noche al conseguir también los premios a mejor actor, para Bukassa Kabengele, y mejor fotografía, para Laura Merians.
Favorito del jurado encabezado por el director irlandés Neil Jordan, el largometraje muestra las pugnas de poder dentro de un grupo criminal en una favela de Río, pero ese conflicto es un pretexto para humanizar la deprimida zona resaltando las relaciones de sus habitantes.
La cinta fue rodada en el Morro dos Prazeres, donde vive el director Paxton Winters, quien colaboró con sus habitantes para poder hacer la película, filmada en condiciones muy complicadas en medio de tiroteos e incursiones de la policía.
De hecho, al aceptar el trofeo Winters agradeció a los habitantes de la favela «que me enseñaron lo que es una verdadera comunidad y que hicieron la película para nosotros».
«He decidido ser una voz, la voz de tantos que no tienen oportunidades», dijo de su lado el protagonista Kabengele, en un mensaje leído por su compañera de reparto, Débora Nascimento, en la gala de cierre en el Kursaal, emblemático palacio de San Sebastián.
Buena noche para España 
España tuvo una buena noche, con el premio a mejor director otorgado a los cineastas vascos Aitor Arregi, José Mari Goenaga y Jon Garaño, por La trinchera infinita. 
Los realizadores, que trabajan juntos desde hace 20 años, firmaron esta película sobre un campesino andaluz de izquierdas, Higinio (Antonio de la Torre), que se oculta en su casa durante más de 30 años para huir de la represión de la dictadura franquista.
El premio a mejor actriz recayó en la española Greta Fernández por su papel en la película «La hija de un ladrón», ópera prima de Belén Funes.
Fernández es Sara, una joven con un hijo pequeño y a cargo de su hermano, en una Barcelona alejada del glamur y el turismo, que mantendrá una muy difícil relación con su padre recién salido de la cárcel, interpretado por su padre en la vida real, el actor Eduard Fernández.
Greta Fernández compartió el premio a mejor actriz con la alemana Nina Hoss, quien en Das Vorspiel (Ina Weisse) es una fría profesora de violín cuya vida personal se vuelve caótica.
El jurado otorgó este año su premio especial a la francesa Proxima, dirigida por Alice Winocour y protagonizada por Eva Green, quien encarna a una astronauta que prepara una salida al espacio y debe antes bregar con la separación de su hija pequeña.