Mientras Italia lucha con un resurgimiento de casos de COVID-19, el gobierno anunció un nuevo cierre nacional en todo el país para el fin de semana de Pascua.

Las medidas se producen cuando el jefe de la Iglesia Católica Romana, el papa Francisco, ofició la procesión del Vía Crucis en una Plaza de San Pedro casi vacía el viernes, antes del domingo de Pascua, por segundo año consecutivo.

Un nuevo bloqueo nacional de tres días comenzó el sábado en Italia mientras el país continúa luchando con un aumento en las infecciones por COVID-19 y muertes diarias en medio de un lento despliegue de vacunas.

Las medidas de bloqueo, aplicadas por miles de policías desplegados en todo el país, no permiten ningún viaje entre las regiones italianas a menos que sea estrictamente necesario y limitan las visitas a familiares y amigos a dos personas una vez al día. También se han prohibido los picnics habituales del Lunes de Pascua.

El objetivo es frenar la propagación del virus tanto como sea posible, ya que los hospitales y las unidades de cuidados intensivos de todo el país están viendo nuevamente un resurgimiento de pacientes con COVID-19. Después de más de un año y más de 110.000 muertes por coronavirus, Italia se ha cansado de las restricciones extendidas. Pero en todo el país, la mayoría de la población está cumpliendo con las reglas.

En el Vaticano, el Viernes Santo comenzó con una visita del papa Francisco al centro de vacunación dentro de la ciudad estado, donde alrededor de 1.200 personas fueron inoculadas con la vacuna Pfizer-BioNTech esta semana. Es parte de un esfuerzo por incluir a las “personas pobres y más marginadas”, según el limosnero papal, el cardenal Konrad Krajewski.

El Papa ora por los que sufren por la pandemia

El Papa Francisco oró por las personas que sufren durante la pandemia, pidiendo fuerza para quienes cuidan a los enfermos.

La procesión del «Vía Crucis» se celebró por segundo año consecutivo en una plaza de San Pedro casi vacía, donde se colocaron velas en círculo alrededor de su obelisco central.

La procesión incluye oraciones en cada una de una serie de imágenes que representan eventos bíblicos que llevaron a la crucifixión de Jesucristo. La pandemia, sin embargo, ha obligado a reducir la tradicional procesión en el antiguo Coliseo de Roma, a la que normalmente asisten cientos de personas, y trasladarla al Vaticano.