«No soy el abogado del presidente»

El próximo fiscal general heredará algunas investigaciones que comenzaron durante la Administración Trump.

Merrick Garland, candidato a secretario de Justicia del presidente Joe Biden, prometió el lunes proteger la integridad del departamento de una eventual influencia partidista durante su audiencia de confirmación ante la Comisión Judicial del Senado, en un esfuerzo por restaurar la confianza cuando surgen dudas en las filas republicanas sobre su eventual desempeño en el cargo.

El propio expresidente republicano Donald Trump ha criticado la nominación repetidamente, argumentando que Garland podría dirigir la instancia judicial de acuerdo a su voluntad. Trump, que perdió ante Biden las elecciones donde aspiraba a un segundo mandato en noviembre pasado, ha criticado en el pasado las investigaciones del Departamento de Justicia sobre su campaña de 2016 y la interferencia rusa en las elecciones, catalogándolas de «cacería de brujas».

Quien asuma como fiscal general, como se conoce en EE.UU. al cargo de secretario de justicia, deberá encargarse de algunas investigaciones que comenzaron durante la administración Trump, entre ellas una en la que está relacionado Hunter Biden, hijo del actual mandatario.

«No habría aceptado este trabajo si hubiera pensado en que la política tendría alguna influencia sobre los enjuiciamientos o las investigaciones», dijo Garland a los legisladores de la Comisión Judicial del Senado durante su audiencia de confirmación el lunes.

 No me considero otra cosa que el abogado del pueblo estadounidense. No soy el abogado del presidente»
Merrick Garland, nominado a secretario de Justicia de EE.UU.

«El presidente ha prometido que esas decisiones sólo las tomará el fiscal general, y eso es lo que planeo hacer. No planeo ser interferido por nadie. Espero que el Departamento de Justicia tome sus propias decisiones al respecto», afirmó.

William Barr, quien fungió en el puesto parte del mandato de Trump, fue criticado por lo que fue descrito por los detractores como su disposición a intervenir en casos penales de manera que beneficiara a los aliados políticos de Trump, desde Michael Flynn hasta Roger Stone.

«No me considero otra cosa que el abogado del pueblo estadounidense. No soy el abogado del presidente», recalcó Garland al ser preguntado sobre el asunto por el senador republicano Ted Cruz, un fiel aliado de Trump hasta el último día de su presidencia.

Garland se comprometió el lunes a trabajar con el personal de carrera del departamento.

«Quiero dejar en claro a los fiscales de carrera (…) que mi trabajo es protegerlos de motivos partidistas u otros motivos inapropiados», dijo Garland. Explicó además que el trabajo por ahora será a través de plataformas digitales debido a la pandemia de COVID-19, que golpea a Estados Unidos.

Se espera que Garland, juez federal de apelaciones y exfiscal, sea confirmado para este cargo clave para la nación, al que fue nominado en medio de intensas investigaciones sobre el ataque del 6 de enero al Capitolio por una turba de partidarios de Trump. Garland calificó el incidente de «atroz».

Algunas de las más de 200 personas arrestadas en el sitio estaban asociadas con grupos violentos como Oath Keepers y Proud Boys, poniendo énfasis en la creciente preocupación sobre posibles eventos futuros de los extremistas de derecha.

Garland tiene experiencia en hacer frente a tales amenazas. Estuvo encargado de dirigir la extensa investigación sobre el atentado con bomba en la ciudad de Oklahoma de 1995 por parte de extremistas. El lunes le dijo a la Comisión del Senado que teme que los disturbios del 6 de enero «no sean necesariamente únicos» y prometió dedicar recursos a la investigación.