Exhausta en 1869 luego de atender como enfermera a los soldados de Estados Unidos en la Guerra Civil,Clara Barton siguió el consejo de su médico y se embarcó en una extensa vacación en Europa.

Pero la enfermera no podía estar sin ayudar a la gente.

A un año de su vacación, Barton se ofreció como voluntaria en el Comité Internacional de la Cruz Roja con sede en Suiza, durante la Guerra franco prusiana, de 1870 a 1871.

Trabajó con la gran duquesa Louise de Braden para establecer fábricas de costura en Estrasburgo (Francia), que contrataban a mujeres para fabricar ropa para los residentes. Ayudó a personas desplazadas a trasladarse de Estrasburgo a Hagenau en Francia. Y fue a París para dirigir el trabajo de asistencia, aportando alimentos, ropa y dinero a los civiles.

“Todo comenzó como una vacación, que se convirtió en trabajo”, dice Susan Watson, historiadora y archivista en la Cruz Roja Americana. Sin embargo el viaje inspiró a Barton a fundar la Cruz Roja Americana el 21 de mayo de 1881.

La Cruz Roja Americana ha seguido albergando, alimentando y dando apoyo emocional a los sobrevivientes de desastres. Enseña prácticas que salvan vidas, brinda ayuda humanitaria internacional y apoya al personal militar y a sus familias.

La organización, por medio de su recolección de sangre, abastece con casi el 40 por ciento de las reservas sanguíneas de la nación, toda procedente de donantes voluntarios. Cada ocho minutos la Cruz Roja responde a un llamado de emergencia, según su sitio electrónico.

Primeras misiones

Al comenzar la Cruz Roja Americana se dedicaba principalmente al alivio en caso de desastres a nivel nacional, echando una mano a personas cuyas vidas estaban en vilo a causa de incendios forestales, inundaciones y huracanes. La organización recaudaba dinero y llevaba abastecimientos a los sobrevivientes.

Luego de la inundación Johnstown, ocurrida en 1889 en Pensilvania, la Cruz Roja levantó viviendas provisionales, mientras que la sucursal de Filadelfia enviaba médicos y enfermeras. Barton, luego del huracán en Sea Islands, ocurrido en 1893 cerca de Savannah (Georgia), ayudó a repartir entre los sobrevivientes ropa donada y a reparar vestimentas para que los sobrevivientes las revendieran.

En 1892, cuando Barton tenía 70 años, convirtió a la organización en mundial, asociándose con otras organizaciones de servicios para la primera misión internacional de la Cruz Roja: ayudar a las víctimas de una hambruna en Rusia.

Watson dice que los esfuerzos de la organización para dar alivio ayudaron allí a unas 700.000 personas.

Barton se retiró en 1904 luego de ejercer como presidenta durante 23 años. Falleció ocho años después, en 1912, pero su legado continúa.

Durante la Segunda Guerra Mundial la Cruz Roja Americana comenzó a recolectar sangre para los soldados heridos en centros de recolección de sangre en todo el país. Esta era convertida en plasma seco antes de ser enviada a los campos de batalla en el extranjero. Luego de la guerra, la organización llegó a establecer el primer programa civil para la donación nacional de sangre.

La Cruz Roja en la actualidad

La organización sigue evolucionando. Un reciente programa denominado “Restoring Family Links” (Restaurar Lazos Familiares), ha reunido a más de 10.000 familias que estuvieron separadas debido a guerras, conflictos y desastres internacionales, comentó Jenelle Eli, portavoz de la Cruz Roja Americana.

Mientras COVID-19 sigue diseminándose la oficina de la Cruz Roja en Vicenza (Italia), está ayudando al personal militar de Estados Unidos y a sus familias allí estacionadas.

En Estados Unidos la Cruz Roja Americana está concentrándose en la recolección de sangre. “Hemos estado solicitando al público estadounidense que se presente y done, y la gente ha sido increíble al respecto”, dijo Eli. “La donación de sangre es un acto esencial y es gente que ayuda a personas de todo el país que necesitan sangre”.