Los actores que despegaron con Star Wars y los que se quedaron atrapados
Es difícil sacarse de encima el legado de una de las mayores franquicias de la historia de Hollywood. Algunos actores de Star Wars se quedaron para siempre estancados en sus personajes, pero por suerte otros lograron salir y construir una carrera exitosa lejos de la sombra de la Estrella de la Muerte.
Éxitos: Cuando Mark Hamill se dio cuenta de que Luke no le facilitaría una carrera frente a las cámaras, maduró e hizo lo más inteligente: ponerse detrás de un micrófono. Su trabajo en el doblaje lo devolvió a las Comic-Con alrededor de los EE UU gracias a convertirse en el Joker más querido por los fans, primero en la serie de animación de Batman en los noventa y después en numerosas películas y series. En su madurez le ha dado tiempo para poder reírse de sí mismo y colaborar en los homenajes de la generación que creció con él, y la tercera trilogía le ha dado espacio para dejarse ver en nuevos proyectos televisivos, si bien su principal profesión sigue siendo el doblaje. Lleva 40 años viviendo de la actuación, y cuatro décadas casado con su esposa.
Fracasos: Hamill nunca pudo convertirse en la estrella protagonista que estaba diseñado a ser. Una de las razones fueron las secuelas físicas que padeció tras sufrir un accidente de tráfico después de la primera Star Wars. El actor era, además, alguien que no llamaba la atención, simple y sin demasiado carisma. Nunca quiso ser una estrella. Su personaje público le llegó cuando ya peinaba canas.
Éxitos: Harrison Ford es el mayor nombre nacido en Star Wars. La saga de George Lucas solo fue uno de los primeros pasos relevantes en una carrera que lo convirtió en una de las mayores estrellas durante décadas. Fue protagonista en Indiana Jones y Blade Runner, estuvo nominado al Oscar por Testigo en peligro y, con obras como Peligro inminente, El fugitivo o El avión del presidente, es -hasta que alguien diga lo contrario, el segundo actor más taquillero de la historia. No es casualidad que en 2019 se haya erigido como el actor mejor pagado de la televisión, con la cifra récord de 1,2 millones por episodio de la próxima The Staircase, basada en el famoso documental. Lleva, además, 17 años en pareja con Calista Flockhart, una longevidad atípica en Hollywood, sobre todo para una pareja por la que nadie apostaba.
Fracasos: Quizás su carrera no ha sido la más seria ni premiada, pero a Ford nunca le ha interesado ser tomado como un actor de prestigio. Los últimos años los ha transcurrido recuperando antiguos éxitos, y viviendo sin complicarse su vida profesional, que para él siempre ha sido un trabajo.
Éxitos: Carrie Fisher hizo de sus fracasos, sus mayores éxitos creativos, como narraba en el maravilloso libro y monólogo Bendito alcoholismo (en HBO). Su humor no permitió ver durante mucho tiempo a una mente privilegiada y una comicidad preclara, así que escondió su talento como revisora de guiones para Hook, Cambio de hábito, El amor cuesta caro, El último héroe americano, Arma Letal 3, Sr. y sra. Smith y las precuelas de Star Wars, y adaptó la relación con su madre en Recuerdos de Hollywood, donde su amiga Meryl Streep abrazaba su locura.
Fracasos: una infancia en el epicentro de Hollywood, con el compulsivo matrimonio formado por la actriz Debbie Reynolds y el crooner Eddie Fisher, la marcó para siempre, y la princesa Leia acabó por rematarlo. Alcohol, drogas y el diagnóstico de bipolaridad hicieron de su vida una complicación tras otra, incluso si se dejó ver en películas como Blues Brothers, Hannah y sus hermanas o Cuando Harry conoció a Sally. Los excesos la llevaron a una muerte prematura en 2016, a los 60 años, lo que hizo que no pudiera filmar El ascenso de Skywalker, donde su personaje de Generala, alma de la película, ha sido integrado mediante material antiguo.
Anthony Daniels (C-3PO)
Éxitos: es el único actor que ha participado en las nueve películas principales de Star Wars, además de en numerosas series y videojuegos, así que nunca necesitó más que un papel para estar en el top 10 de los actores más taquilleros de la historia. Su C-3PO nunca ha dejado de recibir encargos en estas cuatro décadas.
Fracasos: nadie reconoce su cara como actor, pese a lo icónico de su personaje. Jamás resolvió su relación con Kenny Baker, el actor dentro de R2-D2. «Daniels es el tipo más grosero del mundo», decía Baker en su día. En 2008 un programa de televisión intentó que charlaran ante la cámara, pero no lo logró: «Si pelotas de oro aparece, yo me voy», dijo Baker. Pese a su carácter iracundo, Daniels grabó incluso un disco de la franquicia: Christmas in Stars.
Peter Mayhew (Chewbacca)
Éxitos: que un hombre con una enfermedad rara y midiendo 2,21 metros llegue a triunfar en Hollywood ya es una proeza, incluso si era cubierto de pelo y solo haciendo ruiditos. Esa gratitud la demostró una y otra vez Mayhew, uno de los actores más atento a sus fans y comprometido con la saga, pese a su salud.
Fracasos: Peter Mayhew murió en 2019 habiendo dado su relevo como Chewbacca. Su salud no aguantaba otra película, pero antes enseñó su papel a Joonas Suotamo. Operaciones de rodilla, neumonías, cirugía de la columna vertebral.
Billie Dee Williams (Lando Calrissian)
Éxitos: hay poca gente más canchera en pantalla que Billie Dee Williams, un hombre dispuesto siempre a ser él mismo que hace unas semanas, a sus 82 años, contaba incluso que se siente una persona de género fluido. Lando no aparecía demasiado, pero su presencia lo hacía único, y el papel le convirtió en uno de los actores afroamericanos más famosos de la época. Lo que aprovechó, sobre todo, en películas ‘ blaxploitation‘. Los fans nunca dejaron de adorarlo.
Fracasos: pese a estar en dos de las franquicias más taquilleras del cine ( Star Wars y Batman), Billie Dee nunca dejó de ser un actor de televisión, en series como Dinastía y numerosos telefilms. En 2014 volvió a ponerse la capa para… bailar en el reality ‘Dancing with the stars.
Frank Oz (Yoda)
Éxitos: aunque su aspecto era clave, la voz no fue menos importante para diseñar a Yoda. Ahí es donde entró Frank Oz, titiritero y pareja artística de Jim Henson que cambiaba su tono según la ocasión para dar vida a Blas de Plaza Sésamo, o al oso Fozzie y Peggy de Los Muppets. Pero este marionetista era mucho más que una voz, también se convirtió en uno de los directores más eclécticos de Hollywood. En su filmografía: Bowfinger, el director chiflado, El cristal encantado, Las mujeres perfectas (un fracaso enorme), Los Muppets conquistan Manhattan, La tiendita del horror y Muerte en un funeral. Ahora mismo está en salas con un pequeño papel en la exitosa Entre navajas y secretos, dirigida por Rian Johnson, cineasta que lo volvió a recuperar en Star Wars: los últimos jedi.
Fracasos: pese a su impresionante currículum, Oz jamás acabó por ser un director respetado en Hollywood, y no le dejaron hacer todo lo que habría querido, desde su versión de Benjamin Button a sus propias ideas para Los Muppets, que Disney le quitó de las manos. Nunca fue el director más fácil, como recordaba al rememorar su experiencia con Marlon Brando en Cuenta final. Tan mal se llevaban que Robert De Niro tuvo que ponerse detrás de las cámaras.
David Prowse (Darth Vader)
Éxitos: durante años, David Prowse ha ido por convenciones ganándose la vida firmando autógrafos, casi todos ellos en fotos de Darth Vader. Prowse ya había trabajado previamente en películas y series gracias a su gran altura y a su musculatura, pero su cara solo se pudo ver en La naranja mecánica, aunque fue Lucas quien le cambió la vida cuando le ofreció dos personajes: el villano o Chewbacca.
Fracasos: «No supe, hasta que vi Star Wars, que habían sustituido mi voz por la de James Earl Jones. Todos mis amigos me preguntaban por ello, pero no tenía ni idea, ¡esa no era mi voz!». Y así comenzó su triste relato, que recibió el último golpe con la muerte del personaje, cuando lo sustituyeron en cuerpo por Sebastian Shaw. Ni siquiera pudo estar en la escena. Lucasfilm había cortado los lazos con Prowse después de que le culparan de filtrar datos como que su personaje era el padre de Luke. La pelea llega hasta estos días, y la narró en la película homenaje I am your father.
Warwick Davis (Wicket)
Éxitos: cuando Warwick Davis interpretó al Ewok solo tenía 11 años y nadie vio su cara. Su abuela le apuntó porque conocía su fanatismo por la saga, sin pensar que eso lo conduciría a una carrera como actor. Solo sería un figurante, pero, cuando Kenny Baker enfermó, acabó siendo una de estas criaturas protagonistas a los que los seguidores odiaron durante años. Eso no evitó que actuara en varios telefilms sobre los personajes, y que lo invitaran a Laberinto, pero su rostro solo se popularizó con el estreno de Willow, de Ron Howard, escrita para él. Su otro gran éxito ha sido la saga Harry Potter, donde ha interpretado personajes como Flitwick y el banquero Griphook. También volvió a Star Wars con múltiples criaturas. Pero su mejor papel se lo debe a Ricky Gervais y Stephen Merchant, que lo hicieron protagonista de la serie Life’s Too Short, donde parodiaba su vida.
Fracasos: los papeles para personas con enanismo nunca fueron muy numerosos en Hollywood, más allá de la épica fantástica, así que Davis tuvo que ganarse el pan como el terrorífico Leprechaun en una franquicia de serie B de la que rodó seis películas. Era consciente de que encontrar trabajo era complicado, así que montó una agencia de representación para dar oportunidades a otros actores de baja estatura. Lo siguiente: una secuela de Willow.
Liam Neeson (Qi-Gon Jinn)
Éxitos: Liam Neeson llegó a Star Wars como ese británico actor respetado heredero de Alec Guinnes que daba poder a la segunda trilogía. Era entonces conocido sobre todo por La lista de Schindler (ni siquiera había rodado Kinsey o Realmente amor). Lo que nadie podía imaginar es que una década después se iba a volver todavía más popular gracias a ser un héroe de acción sesentero en películas como Venganza.
Fracasos: aunque de vez en cuando siga apareciendo en papeles «de prestigio» como Silencio de Martin Scorsese, los derroteros de acción le han llevado a hacer todo tipo de secuelas, directas o solo en estilo, del papel que lo convirtió en un tipo duro. Alguien debería sacarlo de este ciclo, aunque él parece que se la pasa bien y la taquilla lo apoya. La vida también le ha dado varios golpes.
Ewan McGregor (Obi-Wan Kenobi)
Éxitos: ¿necesita Star Wars más a Ewan McGregor que el actor a Star Wars? Posiblemente, pero él parece encantado con su regreso al universo galáctico con una serie para Kenobi en Disney+, algo que venían intentando sacar adelante durante años. Con 29 años, la saga ayudó al escocés a saltar de ser un actor independiente en el Reino Unido con grandes éxitos como Trainspotting a estar omnipresente en Hollywood. Primero llegó Moulin Rouge, a la que siguieron Un gran pez, La isla o Lo imposible. Y, cuando su carrera estaba en las horas más bajas, fue recuperado por Fargo para volver a la primera línea con Doctor sueño o Aves de presa.
Fracasos: en 2016 trató de dar el salto a la dirección con American Pastoral, pero la novela de Philip Roth resultó todo un reto y nadie se interesó por su trabajo. Regresar a Trainspotting en una denostada secuela quizás tampoco fue su mejor idea. Pero Hollywood nunca dejará de darle oportunidades. Su vida en los últimos años también ha sufrido varios altibajos, con un público divorcio, la drogadicción de su hija y la ruptura con su amante, la actriz Mary-Elizabeth Winstead.
Natalie Portman (Padme Amidala)
Éxitos: si una protagonista mujer en Star Wars se acerca a la fama posterior de Harrison Ford, esa es Natalie Portman, pero antes del episodio I, II y III ella ya había rodado Heat de Michael Mann, ¡Marcianos al ataque! de Burton y, sobre todo El perfecto asesino, de Luc Besson. Portman comenzó tras Star Wars a labrarse una carrera a caballo entre el cine comercial e independiente que la llevó por proyectos donde ella era la única protagonista, algo no siempre fácil para una mujer: Cisne negro, Jackie, V de Vendetta, Closer… Tres nominaciones al Oscar, y ser una de las actrices más reconocibles de Hollywood.
Fracasos: pese a su popularidad, Portman también ha tenido sus altibajos, aunque la diversidad de sus elecciones (de la comedia al drama o a la acción) siempre le ha dejado una puerta entreabierta. Incluso si Marvel no supo aprovecharla como novia florero de Thor, por ejemplo, ahora está a punto de convertirse en la nueva diosa del trueno en la próxima fase superheroica de la compañía.
Jake Lloyd (Anakin Skywalker)
Éxitos: Jake Lloyd era el niño de moda. Había trabajado en films hollywoodenses como Volver a vivir y El regalo prometido y Star Wars, pero eso lo limitaría para siempre. De repente era el niño de nueve años más famoso del mundo, pero gran parte de los fanáticos de la saga se pusieron en contra de su personaje y lo que había pasado en la nueva trilogía.
Fracasos: en 2015 fue detenido tras una persecución por la policía, por conducir de manera imprudente, sin carnet y resistir la detención. Se reveló entonces que tenía esquizofrenia y había abusado de las pastillas. Fue detenido y llevado primero a prisión y más tarde a una clínica psiquiátrica. No es fácil ser Darth Vader. » Star Wars convirtió mi vida en un infierno», dijo en 2012 de esa experiencia que lo llevó a hacer más de 60 entrevistas al día:
Hayden Christensen (Anakin Skywalker)
Éxitos: fue elegido entre 1500 candidatos para ser Anakin y convertirse en el futuro Darth Vader, pero se encontró con una trilogía de Star Wars denostada. Lo odiaban antes de aparecer y, pese a todo, un joven que todavía estaba aprendiendo consiguió incluso atisbos de brillantez, entre mucho pucherito y cara de pasarlo mal. En 2015, se retiró a una vida granjera. No pudo con el peso de las expectativas de su personaje. Por suerte, parece que en los últimos tiempos, como le pasó a Hamill, ha vuelto a empezar a abrazar su legado.
Fracasos: al contrario que Hamill, Hayden Christensen sí buscaba ser una cara presente, pero los dos Razzies por ser Anakin no se lo pusieron fácil. Lo intentó con el cine «serio» en El fabulador, cuyo éxito se limitó a las críticas periodísticas, y también con superhéroes baratos como los de Jumper, pero la audiencia no lo quería. Allí conoció a la madre de su hija, Rachel Bilson.
Keira Knightley (doncella de Amidala)
Éxitos: a Keira Knightley la contrataron para Star Wars solo porque se parecía a Natalie Portman. En la película la sustituía para que no agarrarán a Amidala. Así que pocos pensarían entonces que se iba a convertir en una de las mejores actrices británicas de su generación, primero destacando en Realmente amor, Piratas del Caribe y Orgullo y prejuicio y poco a poco madurando en Expiación, Anna Karenina, Un método peligroso y El código enigma.
Fracasos: a Knighley le sentó mal hacer tantos papeles icónicos tan joven y con 34 años casi parece que lo hizo todo hace mucho tiempo. Su rápido ascenso a la fama la llevó a sufrir estrés postraumático, tras lo que decidió tomárselo con más calma, y dedicar más tiempo a sus dos hijos. A los 22 años tuvo que parar cuando se pasó tres meses sin poder salir de su casa, por las críticas y por la persecución de los paparazzi.
Samuel L. Jackson (Mace Windu)
Éxitos: solo hay un actor más taquillero que Harrison Ford en la historia de Hollywood y también es en parte gracias a George Lucas. Samuel L. Jackson es el hombre franquicia. Sus éxitos se cuentan por puñados: desde la filmografía de Quentin Tarantino, Tony Scott y Spike Lee a la saga Vengadores, pasando por Jurassic Park o Glass. Salir en Star Wars fue simplemente el sueño de un fan.
Fracasos: Jackson es famoso por no rechazar casi nada, así que en sus más de 150 películas hay de todo. Y también Terror a bordo.
Ahmed Best (Jar Jar Binks)
Éxitos: era el primer personaje íntegramente creado por ordenador que iba a tener protagonismo en la historia del cine, la manera en la que George Lucas iba a recuperar al público infantil con un personaje simplemente creado por las bromas. Era una oportunidad de lujo para Ahmed Best, que ya anticipaba su brillante futuro, pero nadie imaginaba el resultado: la creación del personaje más odiado de la saga.
Fracasos: el Episodio I fue recibido con críticas tibias y un público en armas, quizás por las expectativas creadas. Jar Jar Binks se convirtió en el perfecto chivo expiatorio. Algunos lo llamaron ridículo y tonto, mientras que otros dijeron directamente que era un ofensivo estereotipo afroamericano. Binks fue relegado para siempre al oscurantismo, y solo ha comenzado a reaparecer recientemente en alguna serie animada (con la voz del propio Best), aunque el mayor trauma no lo sufrió el personaje, sino el actor, incluso aunque todavía no se habían inventado las redes sociales. Best recordaba recientemente que pidió a Lucas que matara a Binks de manera justa y espectacular en vez de pasar al olvido. El actor incluso contempló el suicidio ante una respuesta que lo iba a marginar de la industria. Su voz estaba marcada para siempre como racista:
Daisy Ridley (Rey)
Éxitos: Convertirse de la noche a la mañana en una de las caras más famosas del mundo no es sencillo con 23 años y menos en la época de Internet, pero Daisy Ridley ha sabido lidiar con todo con carisma, siendo pizpireta en las entrevistas y derrochando gracia. Dedicarse a interpretar a Rey ha sido, sin embargo, su papel más importante, más allá de un personaje en Asesinato en el Expreso de Oriente, que le concedió otro éxito de taquilla.
Fracasos: Ridley, que ya ha tenido que lidiar con los complicados fans de Star Wars por su condición de mujer protagonista fuerte, es la actriz que tiene que demostrar que no es la nueva Hamill o Christensen. No va a ser fácil. Se probará en la película de acción distópica Chaos Walking, con Tom Holland ( Spider-Man).
Adam Driver (Kylo Ren)
Éxitos: en una década de carrera, Adam Driver ha trabajado con Steven Spielberg, Clint Eastwood, los hermanos Coen, Steven Soderbergh, Spike Lee, Noah Baumbach (que seguramente lo llevará a su segunda nominación al Oscar por Historia de un matrimonio), Jim Jarmusch, Martin Scorsese y Terry Gilliam.
Fracasos: no le ha dado tiempo y ha sabido escoger.
Oscar Isaac (Poe Dameron)
Éxitos: el guatemalteco Oscar Isaac tiene una de las carreras más prometedoras de Hollywood. Star wars es solo un detalle para el hombre que brilló en Ex-Machina o Llewys Davis, de los hermanos Coen.
Fracasos: La saga no ha sabido sacarle el partido a Isaac que ha demostrado en otros proyectos. Mejor olvidar también su conversión a villano en ‘X-men: Apocalipsis’, que lo convirtió casi en un Power Ranger.
John Boyega (Finn)
Éxitos: antes de Star Wars, John Boyega ya tenía una película de culto: Attack of the block, una pequeña obra británica que mezclaba una invasión alienígena con los barrios bajos londinenses donde le vio J.J. Abrams. Incluso se había dejado ver en la serie 24.
Fracasos: desde que su cara se popularizó como el primer «stormtrooper» negro, han intentado dar oportunidades a Boyega fuera de La guerra de las galaxias. Pero ninguna ha resultado. Capitaneó la secuela de bajo presupuesto del Pacific Rim de Guillermo del Toro; trabajó con Kathryn Bigelow en Detroit, y con Tom Hanks y Emma Watson en El círculo, pero ninguna acabó de despegar.
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