Elecciones en Perú y Ecuador ante un panorama incierto y marcado por el COVID-19
Los escándalos y el impacto del coronavirus en ambos países marcarán la participación el domingo en ambos comicios. Analistas advierten que ecuatorianos y peruanos apostarán por quien sea capaz de gestionar la salida de la crisis sanitaria y financiera.
Este domingo 11 de abril ecuatorianos y peruanos acuden a las urnas. Ecuador va a una segunda vuelta de los comicios presidenciales después que el balotaje del 7 de febrero limitara la contienda entre los candidatos de izquierda y derecha. Mientras que Perú vivirá sus elecciones generales marcadas por el descontento social, 4 gobiernos fallidos en los últimos 4 años y serias acusaciones de corrupción.
En ambos procesos, según analistas consultados por la Voz de América, hay varios puntos clave en común que definirán quién asume el poder: un panorama incierto, la desidia y los efectos de la pandemia.
Para Holly Sonneland, gerente editorial senior de AS/COA Online, los comicios en ambos países presentan un contexto político en el que el “hastío” es el común denominador, pero ella cree que en el caso específico de Perú los votantes han perdido todo “interés y confianza en la política” debido a los acontecimientos de los últimos 5 años.
Para comprender un poco de lo que pasa en Perú es necesario ver en retrospectiva la montaña rusa política que el país ha vivido desde 2016, cuando Pedro Pablo Kucynski fue elegido presidente y quien dos años después (en 2018 en medio de fuertes cuestionamientos) se vio forzado a renunciar por sus lazos con el escándalo de corrupción de Odebrecht.
Luego de Kucynski, los escándalos de corrupción y los choques con el Congreso han llevado al poder a tres presidentes: a Martín Vizcarra, quien finalmente fue destituido en noviembre de 2020 por el Congreso peruano por «incapacidad moral”. A Vizcarra le han seguido dos presidentes interinos más, el primero Luis Merino, que solo estuvo días en el cargo y renunció. A este último lo sucedió Francisco Sagasti Hochhausler, nombrado de forma interina en noviembre del año pasado.
Basándose en ese contexto, según la analista pese a que en el proceso electoral del domingo en Perú presenta cinco candidatos como los favoritos, “lo que es más indicativo es el antivoto que es más grande por cada candidato que su nivel de apoyo”.
Desde el ruedo
El también analista político y candidato por el congreso de Perú por Fuerza Popular, Fernando Rospigliosi, coincide con Kucynski, pero él va más allá cuando hace su valoración de Perú y apunta que el sentir de los electores está sumamente justificado con casos que se remontan más allá de los últimos cinco años y trajo a colación el caso Lava Jato que se destapó en Brasil pero que estuvo íntimamente ligado a funcionarios peruanos.
“Se descubrió que varios expresidentes y funcionarios públicos estaban involucrados”, explicó.
El candidato al Congreso también piensa que el escándalo de las vacunas de COVID-19, donde muchos funcionarios fueron privilegiados con una inoculación de forma secreta, antes que las vacunas estuvieran disponibles para la población, lo que forzó la renuncia de dos ministros y una nueva investigación contra el expresidente Vizcarra.
Rospigliosi dijo a la Voz de América que es consciente que los procesos electorales se dan en un momento sumamente delicado, por el impacto de la pandemia; esto último podría ser determinante para definir quién gana.
Rospigliosi, exministro de Interior peruano y con una amplia trayectoria en la sociología, hace una lectura de las tendencias de intención de voto que indican las encuestas en su país y donde se visualiza un empate entre cinco candidatos presidenciales, de 18 que compiten, algo inédito en la historia de cualquier otra nación de Latinoamérica.
Según el sociólogo para comprender por qué hay tantos y qué pasa se debe tomar en cuenta la “enorme fragmentación política en el Perú, que se agudizó durante el Gobierno de Martín Vizcarra”, así como “una pésima reforma política” impulsada por este último mandatario.
¿Qué le espera a la clase política que gane?
Los analistas concuerdan que en ambos países cualquier candidato que gane se tendrá que enfrentar a una difícil situación fiscal y resolver temas básicos como salud y empleo.
En el caso de Ecuador, Rospigliosi cree que, pese a que los candidatos que van a segunda vuelta parecen muy tradicionales, “lo electores no lo son”. En este país de acuerdo con las encuestas, el sector clave para definir las elecciones es el que pertenece al partido indígena y que está desmarcado de ambos candidatos.
Los últimos sondeos daban un empate técnico entre el candidato de la izquierdista UNES, Andrés Arauz y Guillermo Lasso, del partido de derecha CREO, lo cual refleja lo incierto del panorama. Sin embargo, lo que sí es seguro es que cualquiera que gane tendrá que “enfrentar la misma situación fiscal difícil “y encontrar inversión, así como capital extranjero para lograr “mantenerse pagando las deudas que tiene”.
Mientras que, en Perú, para Sonneland, la representante de AS/COA Online, la prioridad es “cumplir cinco años del período legislativo con un presidente y con un Congreso”.
Por su parte Rospigliosi asevera que con un nuevo gobierno, en el caso de Perú, aquellos que creen en la democracia van a tener que trabajar en función de coaliciones para poder dar estabilidad el país.
“La crisis es muy fuerte, va a seguir profundizándose en los próximos meses y el nuevo Gobierno va a tener que enfrentarla con decisión y con energía. Haciendo coaliciones y alianzas porque es imposible en un sistema político tan fragmentado gobernar solos”, apuntó el experto.
Además, agregó que tanto en Perú como en Ecuador, frente a la actual situación generada por la pandemia, será necesario inyectar una serie de inversiones a partir del inicio del nuevo Gobierno y estimular la inversión privada y el trabajo de las empresas formales.
Ecuador cambia de agenda
María Paz Jervis, decana de Ciencias Sociales y Jurídicas en Universidad Internacional SEK Ecuador, opina que la agenda para las elecciones del Ecuador se ha visto modificada debido a la pandemia y es sobre esos puntos que el electorado decidirá.
“Como pasa en el resto del mundo, hoy por hoy, la agenda se suscribe básicamente a los temas de salud, empleo y seguridad”, explica.
Las palabras de Jervis pueden verse reflejadas en el hecho que Ecuador, no solo fue uno de los primeros epicentros de la pandemia en América Latina, sino también en que su economía, dolarizada, se contrajo un 7,8% en 2020. Contexto que lleva al electorado “afectado por la coyuntura” a decidir por la promesa de un cambio y no tanto por una figura política.
“La disputa en este balotaje está entre un modelo de convivencia, un modelo de Estado y de sociedad versus otro diametralmente distinto”, enfatiza la profesional, que cree que es imposible pensar en los candidatos actuales sin rememorar o comparar lo que significó el correísmo en ese país andino como lo fue, según ella, “la perdida de las libertades”.
¿Por qué, entonces, entre múltiples opciones electorales se decantan por las mismas? “Justamente porque hay múltiples” sostiene Jervis, de acuerdo con su análisis el voto está tan disperso que al final de la jornada las decisiones de la mayoría “con porcentajes muy bajos” terminan inclinando la balanza por las opciones más conocidas.
EE. UU. y su compromiso con la región
Independientemente de los resultados en las elecciones presidenciales de Ecuador y Perú, Estados Unidos dio a conocer a finales de la semana su compromiso a trabajar con la Administración que salga electa.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, señaló que EE. UU. está deseoso de “trabajar con quien sea que salga elegido en estos procesos libres y justos”.
En el caso específico de Ecuador, la encargada interina de Latinoamérica en el Departamento de Estado, Julie Chung, dijo que Washington trabajará con el nuevo Gobierno para “aumentar la seguridad y expandir la prosperidad en Ecuador y la región”.
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