CULTURA: «SalviYorkers», 90 años de salvadoreños en la Gran Manzana
La antropóloga y periodista salvadoreña Carmen Molina Tamacas, ha recopilado historias que registran la llegada de los centroamericanos a una de las Metrópolis más emblemáticas de Estados Unidos y del mundo en este libro que conecta a la diáspora con sus orígenes y su influencia en la comunidad.
La comunidad salvadoreña es bastante conocida en Estados Unidos, se sabe, por ejemplo, que es uno de los grupos más grandes de los amparados al Programa de Protección Temporal, (TPS), y que muchos de ellos han logrado salir adelante como empresarios, comerciantes e incluso incursionar en la política estadounidense como funcionarios en sus condados o estados.
También, se les conoce por su comida típica, las pupusas, por su dedicación al trabajo, y entre otras cosas menos agradables, por ser el nombre de la Mara Salvatrucha, una de las organizaciones criminales más temidas en la región,
Pero lo que muchos probablemente desconocen, es que la ciudad de Nueva York, especialmente el área de Long Island, es donde se encuentran los primeros registros de un ingreso sistemático de salvadoreños a la costa este de Estados Unidos, y que muchos llegaron a la Gran Manzana hace ya 100 años.
Eso fue lo que motivó Carmen Molina Tamacas, antropóloga y periodistas salvadoreña que se radicó hace 10 años en Brooklyn, Nueva York, para trabajar como corresponsal para un periódico de su país, y comenzó a conocer las historias de muchos de sus compatriotas que databan de muchos años antes de la migración masiva que se dio en la década de 1980, durante la guerra civil en El Salvador.
“La idea de publicar un libro nació como una necesidad personal de conservar mi archivo para consulta, no sólo mía, sino que de la población en general, dado que es bien limitado lo que existe sobre la comunidad salvadoreña en la costa este de Estados Unidos, entonces eso fue la principal motivación y fue una investigación que prácticamente duró 10 años”, cuenta Tamacas a la Voz de América.
Según la periodista, en la década de los años 1960 llegaron varios salvadoreños a Long Island, Nueva York, atraídos por las historias de necesidad de trabajadores en la industria militar y aeroespacial, que en ese tiempo tuvo un apogeo en EE.UU.
“Es bien curioso, porque los salvadoreños no solo vinieron atraídos allí – Long Island – que es uno de los suburbios más segregados y también más racistas de Estados Unidos, sino que construyen sus ejes , sus asentamientos, en zonas específicas como Hempstead, Uniondale, Central Islip, Brentwood, que son esas localidades que en ese entonces proveían muchos empleos en las fábricas, pero también en la industria aeroespacial, industria militar, pero no podían ingresar del todo porque mucha de nuestra gente vinieron sin documentos y con baja escolaridad”, explica la escritora.
Pero Carmen explica que con esta investigación, que culminó con el libro al que tituló: “SalviYorkers” (Salvadoreños por nacimiento, New Yorkers por adopción) ha logrado no solo recopilar varias historias que ayudan a entender la evolución de esa diáspora en una ciudad tan cosmopolita como Nueva York, sino también a hacer una conexión con los salvadoreños americanos, que son la segunda, tercera o cuarta generación de esta comunidad.
“Yo he recibido mensajes por Instagram de jóvenes que no hablan español y que se cuestionan por qué sus papás no les enseñaron a hablar español, pero si uno empieza a ver las historias de trauma, las historias de desarraigo que esta gente trajo desde El Salvador, podría explicar algunos de esos aspectos del por qué no hablaron (español) o por qué hay tantos salvadoreños en Long Island”, dijo la periodista.
¿De dónde surge SalviYorkers?
Según explica Carmen, la palabra “Salvi” la leyó en Instagram, como una etiqueta para referirse a los originarios de ese país, y acuñado principalmente por los salvadoreños americanos, y «Yorker» que es el sufijo inglés de newyorker o neoyorkino, pero dice que la palabra cobró más sentido para ella después de una entrevista que hizo a un rapero salvadoreño radicado en Nueva York.
“En una entrevista me dijo: Somos salvadoreños por nacimiento, indocumentados por necesidad y neoyorquinos por adopción. Ese juego de palabras cobró sentido cuando yo vi enlaces en las redes sociales, especialmente en Instagram, que los salvadoreños, especialmente los jóvenes, los millenials, usan la palabra Salvi, y esa etiqueta, ese hashtag, ese nombre, se convierte en un punto de encuentro en el ciberespacio”, dijo la escritora.
La periodista agrega que el uso de la palabra le ha servido incluso para promover su libro en este período de pandemia, y que a pesar de que el lanzamiento se hizo en enero de este año, a pocos meses de que el coronavirus se convirtiera en pandemia, ha logrado realizar varias presentaciones digitales e incluso, su libro ha sido nominado en dos categorías del International Latino Book Awards, siendo la primera a mejor libro enfocado en tema latino en español y la otra categoría a mejor sitio web promocionando un libro.
El libro de la escritora salvadoreña está dividido en tres partes. La primera es un ensayo histórico periodístico que contextualiza la inmigración y el desarrollo de la comunidad hispana en Nueva York para aterrizar en la llegada y expansión de los salvadoreños, a Long Island.
La segunda parte es un escaparate de biografías cortas de salvadoreños destacados en las artes, academia, medicina y sus aportes e iniciativas gestadas tanto en Nueva York como en Long Island.
Y la tercera parte es una línea del tiempo que abarca noventa años, a partir de la llegada de una familia ítalo-salvadoreña en 1929 a Brooklyn, pasando por historias personales entre las décadas de 1940 a 1990 y cierra con las historias de una familia indocumentada en la era Trump, donde una de sus integrantes llegó en enero de 2019 tras unirse a una de las caravanas que salieron desde El Salvador.
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