Muere Delia Fiallo, madre de la telenovela latinoamericana
La autora de exitosas telenovelas es reconocida como la madre de la telenovela latinoamericana.
Delia Fiallo, autora de exitosas telenovelas latinoamericanas como “Cristal”, “Kassandra” y “Leonela”, falleció en su casa en Coral Gables, Florida. Tenía 96 años.
Fiallo murió el martes apenas cinco días antes de cumplir 97, confirmó a The Associated Press su cuidadora por los últimos tres años, Blanca, al responder el teléfono en la casa de la escritora. La señora pidió sólo ser identificada por su nombre.
Fiallo, considerada la madre de las telenovelas latinoamericanas, estuvo consciente hasta hace dos días y falleció por la mañana en su casa rodeada de sus hijos, dijo su cuidadora. No supo explicar la causa del deceso.
“Lucecita”, “Peregrina”, “María de nadie”, “Pobre diabla” y “Esmeralda” fueron otras de sus telenovelas populares. Su obra, traducida a idiomas como el japonés y el checo, llegó a millones de espectadores en más de un centenar de países.
Actores que alcanzaron la fama internacional interpretando sus personajes no tardaron en expresar su pesar.
“Querida Delia, gracias por tanto. A ti te debo ser EL PUMA. Veo estas imágenes cuando en marzo de 2020 compartimos en tu casa, y recuerdo esa energía con la que me recibiste. Estoy seguro que nos volveremos a ver. ¡Te quiero!”, escribió en Instagram “El Puma” José Luis Rodríguez, quien adquirió el apodo a principios de la década de 1970 en la telenovela “Una muchacha llamada Milagros”.
“Señora Delia Fiallo… La verdadera Reina de las #telenovelas. Hoy partes a un plano celestial diferente lleno de luz, porque tú siempre fuiste un ser de luz”, escribió la actriz Jeanette Rodríguez, quien protagonizó junto a Carlos Mata “Cristal” y “La dama de rosa”, en la misma red social. “Qué dicha he tenido, poder construir mi carrera profesional a través de tus hermosos y maravillosos personajes, me siento orgullosa y agradecida”, agregó.
Mata, en tanto, escribió: “Que descanses en Paz, mi querida Delia Fiallo. Mi eterno amor y gratitud. En este momento no tengo palabras”.
Fiallo terminó “Cristal”, la última de sus 43 telenovelas, hace más de tres décadas. Más tarde, la misma máquina de escribir que la acompañó tecleando los diálogos de sus personajes ficticios fue testigo de su propia autobiografía, que en 2011 dijo a la AP que había comenzado a escribir a pedido de sus familiares.
“Estoy disfrutando de mi ocio, de mi familia, y de mi vida”, manifestó Fiallo entonces en una entrevista exclusiva en su acogedora casa colonial. “Durante todos esos largos años que estuve trabajando hice un gran sacrificio, apenas pude disfrutar de nada”.
Su éxito internacional llegó en 1971 con “Esmeralda”, que protagonizaron Lupita Ferrer y José Bardina, pero Fiallo, nacida en La Habana, inició su carrera como escritora de cuentos en Cuba mucho antes, en la década de 1940. Siguió luego como guionista de radio y telenovelas.
Admitía que no sabía manejar la computadora y no le gustaba. Por eso utilizaba su máquina de escribir Adler, que compró al llegar a Miami como exiliada hace 55 años.
Sonriente y de buen humor, solía hablar del éxito que alcanzó como escritora de telenovelas, su niñez como hija única, su afecto por Venezuela — donde se produjeron muchos de sus dramáticos — y su desencanto con algunas adaptaciones mexicanas.
“La época dorada de mi profesión fue (durante) los años que produje en Venezuela”, aseguró en 2011. “Respetaban mi creatividad, no me cambiaban nada. Yo elegía el reparto, yo elegía la música”, rememoró.
Fiallo trabajaba desde Miami y todos los días enviaba sus libretos a Caracas, primero al canal Venevisión y posteriormente a su competidor, Radio Caracas Televisión. En esos años no había fax ni internet, pero alguien siempre le hacía el favor de llevarlos.
“Terminaba de escribir el capítulo y salía al aeropuerto a pedirle a un pasajero que me (lo) llevara … y algunas veces lo dictaba por teléfono”, relató.
Con tanto trabajo, poco tiempo tenía para dedicarle a su esposo, el director cubano de novelas Bernardo Pascual, y a sus cinco hijos. Por eso en 1985, después de escribir “Cristal”, dijo basta y se dedicó a viajar y a estar con sus hijas.
Fiallo, quien quería ser veterinaria pero terminó estudiando literatura porque su madre la obligó, era menuda y de pequeña estatura. El éxito jamás había pasado por su cabeza.
Sin embargo, estaba segura de la huella que dejó.
“La primera que escribió una novela de continuidad en horario estelar en toda América Latina fui yo”, expresó orgullosa de su trabajo. Aquella telenovela fue “Hasta que la muerte nos separe”, que se estrenó en Cuba en 1957.
Para dejar a sus hijos en una buena posición económica, Fiallo aceptó a comienzos de la década del 2000 una oferta del canal mexicano Televisa y le vendió los derechos de todas sus novelas, de por vida.
Fiallo será velada el jueves en la casa funeraria Memorial Westchester de Miami, con un funeral privado por la mañana que abrirá por la tarde al público, para que sus admiradores puedan verla y despedirla.
La sobreviven cinco hijos — Jaquelin, María, Delia, Diana y Bernardo —, 14 nietos y tres bisnietos. Su esposo, Pascual, falleció hace dos años, dijo Blanca.