Estados Unidos sigue protegiendo el acceso de Europa a las fuentes de energía, como lo ha hecho desde la Segunda Guerra Mundial. Europa necesita tener acceso a mercados energéticos diversificados y abiertos para el crecimiento económico.

Las importaciones de gas natural (en inglés), la infraestructura nuclear civil y las fuentes de energía renovable desarrolladas mediante estrategias sólidas se encuentran entre las fuentes más confiables.

Europa está entrando en una nueva era de diversificación energética. Como aliado y socio de confianza, Estados Unidos apoya la soberanía de Europa sobre el acceso a la energía confiable.