‘Un grito de libertad’, teatro para saltar los barrotes
Se titula Un Grito de Libertad. Es el montaje teatral que el dramaturgo Arturo Morell ha implementado en centros de reclusión en Latinoamérica, a lo largo de 20 años.
En la pieza teatral han participado más de dos mil personas privadas de libertad. Morell presentó su último libro en Miami recientemente.
Con una adaptación del musical “El hombre de la Mancha”, de Dale Wasserman, el director mexicano busca transformar la realidad de las personas que se encuentran en reclusión.
“Creo que la cultura es la mejor herramienta para transformar a esos seres humanos. Cantar, bailar, actuar y sobre todo meditar profundamente, hacer una conexión con su ser más íntimo”, argumenta el director y dramaturgo.
El objetivo esencial es la reinserción social a través de una reclusión digna, en donde según el escritor, todos merecen la oportunidad de crear, sentir y soñar.
Morell ve las cárceles como “un reflejo muy directo del estado en el que se encuentra la sociedad en ese lugar. En América Latina hay muchas similitudes en los centros de reclusión”.
El proyecto ha traspasado las prisiones… hoy cuenta con la compañía teatral de expresidiarios más grande de Iberoamérica.
“Formamos una compañía de 40 personas liberadas, hombres y mujeres, y creamos [la obra] Yo soy y éxito”.
En su nuevo libro Confía en ti y cambia tu entorno. Transformación social a través de la cultura, afirma que la confianza personal es la herramienta que ayuda a los presos a ir más allá de sus limitaciones.
Para Morell, El Quijote es el vehículo idóneo para inspirar a quienes han perdido su libertad. El personaje cervantino “es ese ser humano que está loco pero tiene una nobleza infinita y quizás en la locura está la verdadera esencia del cambio del mundo”.
En congruencia con lo que hay hoy Morell, sabemos que Miguel de Cervantes Saavedra estaba preso en la cárcel Real de Sevilla cuando escribió El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
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