El papa Francisco abogó por que los Juegos Olímpicos representen un «signo de hermandad universal».
«El viernes se inauguraron en Tokio las 32° Olimpíadas. En este tiempo de pandemia, que estos juegos sean un signo de esperanza, de hermandad universal, en nombre de una competencia sana», dijo el pontífice durante el Angelus.
«Dios bendiga a los organizadores, a los atletas y a todos aquellos que colaboran para esta gran fiesta del deporte», concluyó