Después de décadas en las que los presidentes de Estados Unidos evitaron utilizar el término, Joe Biden cumplió con su promesa electoral y, tras avisar al presidente turco Recep Tayyip Erdogan, consideró de genocidio las masacres del Imperio Otomano contra armenios, que dejaron 1,5 millones de fallecidos. Lo hizo el 24 de abril, día en el que la comunidad armenia conmemora el Día del Recuerdo del Genocidio.

Cumpliendo con su promesa electoral, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció que los asesinatos y deportaciones sistemáticos de cientos de miles de armenios por parte de las fuerzas del Imperio Otomano a principios del siglo XX constituyeron un genocidio.

«El pueblo estadounidense honra a todos los armenios que murieron en el genocidio que comenzó hoy hace 106 años», dijo Biden en un comunicado en el que también trató de relajar la tensión con Turquía: «Afirmamos la historia. Hacemos esto no para culpar, sino para asegurarnos de que lo que sucedió nunca se repita”.

Sin embargo, esto se produce en un difícil momento para las relaciones entre Estados Unidos y su aliado en la OTAN. El reconocimiento ha enfurecido al Gobierno turco y el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, reaccionó con dureza en Twitter.

«‘Las palabras no pueden cambiar ni reescribir la historia’. No tenemos nada que aprender de nadie sobre nuestro propio pasado. El oportunismo político es la mayor traición a la paz y la justicia. Rechazamos totalmente esta afirmación basada únicamente en el populismo», disparó.

Por su parte, el portavoz presidencial turco Ibrahim Kalin dijo que Estados Unidos «solo repite las acusaciones de aquellos cuya única agenda es la enemistad con Turquía» y también aconsejó a Biden «observar el pasado y presente reciente de su país».

24 de abril: Día del Recuerdo del Genocidio Armenio

La decisión coincide con la conmemoración del Día del Recuerdo del Genocidio Armenio, que entre 1915 y 1923 dejó más de 1,5 millones de fallecidos, en las ofensivas expansionistas de la Turquía otomana, aprovechando el contexto de la Primera Guerra Mundial.

Durante años las iniciativas de reconocimiento no habían pasado del Congreso estadounidense. De hecho, en 2019, el Senado de Estados Unidos decretó una resolución no vinculante para reconocer el genocidio.

Biden había prometido basar su política exterior en el respeto por los derechos humanos. El año pasado, en plena campaña electoral, en el Día del Recuerdo del Genocidio, había advertido que no calificar de genocidio las atrocidades contra el pueblo armenio podría permitir que hechos similares vuelvan a suceder.

Estados Unidos posee una nutrida comunidad armenia, que celebró la decisión del presidente demócrata. A ellos se dirigió en su comunicado Biden: «A lo largo de las décadas, los inmigrantes armenios han enriquecido a Estados Unidos de innumerables formas, pero nunca han olvidado la trágica historia (…) Honramos su historia. Vemos su dolor. Afirmamos su historia».

La alegría armenia cruzó fronteras y el primer ministro de ese país Nikol Pashinyan, en una carta a Joe Biden, aseguró que el reconocimiento fue recibido «con gran entusiasmo» por armenios de todo el mundo y que esta declaración era una cuestión de seguridad para su país.

Precisamente, en Armenia, la jornada conmemorativa del 24 de abril se desarrolló de forma habitual. Las principales autoridades políticas y religiosas participaron en la ofrenda floral en el memorial del genocidio armenio, ubicado en la colina Tsitsernakaberd, en Ereván, la capital del país.

En Turquía, consideran el genocidio como «mentiras»

Biden había avisado el viernes al presidente turco Recep Tayyip Erdogan de sus intenciones. Fue la primera llamada entre los mandatarios desde la llegada del líder demócrata al poder. Las relaciones entre Estados Unidos y Turquía atraviesan un mal momento por la compra turca de defensa aérea rusa y por diferencias políticas respecto a Siria y los derechos humanos.

«Con las relaciones ya en ruinas, no había nada que impidiera que Biden siguiera adelante», explicó Nicholas Danforth, miembro no residente de la Fundación Helénica para la Política Europea y Exterior.

Hasta este momento, oficialmente, Estados Unidos solo lo nombraba como Día del Recuerdo. Así lo desvelaron funcionarios de la Casa Blanca, bajo anonimato, a la agencia Associated Press.

Sin embargo, desde Turquía ven la situación de manera muy diferente. A pesar de reconocer que murieron armenios a manos turcas, aseguran que lo que pasó fue una guerra y cuestionan las cifras, además de negar la sistematización en las muertes.

En este sentido, previamente, en la mañana del sábado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía había publicado un tuit: «Las mentiras no solo tuercen la historia, también se cobran vidas inocentes».

Además, la Cancillería turca añadió los nombres de 31 diplomáticos turcos y sus familiares asesinados por grupos militantes armenios en las décadas de 1970 y 1980. Por lo que este reconocimiento estadounidense amenaza con deteriorar aún más las frías relaciones entre Turquía y Estados Unidos.

Estados Unidos, el 30º país del mundo que reconoce el genocidio armenio

Con el apoyo estadounidense, ya son 30 los países que han reconocido el genocidio armenio. El primero fue Uruguay en 1965. Con el paso de las décadas se le han unido otros como Francia, Rusia y Alemania.

Durante años, las comunidades armenias en Estados Unidos han tratado de convencer a los presidentes para que nombren el 24 de abril como Día de Recuerdo del Genocidio. Con la decisión de Biden, para Salpi Ghazarian, director del Instituto de Estudios Armenios de la Universidad del Sur de California, el reconocimiento del genocidio resonará más allá de Armenia y más países se unirán al gesto.

“Es muy importante que las personas en el mundo sigan teniendo la esperanza y la fe de que los valores aspiracionales de Estados Unidos siguen siendo relevantes y que, de hecho, podemos hacer varias cosas a la vez», concluyó Ghazarian.