Mi hermana vivía en la Ciudad de México y ese día volaba a Chihuahua, venía a visitarnos por unos días y fui por ella al aeropuerto, fue de los primeros pasajeros en bajar y se me acerco, luego de saludarme con un beso en la mejilla, me comentó:

- ¡Vine platicando con mi compañero de asiento, un señor muy simpático y me comentó que trabaja en el Gobierno del Estado¡¿a ver si lo reconoces?

Luego de unos minutos aparecieron más pasajeros y me señaló a uno de ellos, un hombre alto que rondaba la sesentena, mi hermana me dijo:

  • Es el señor que te platiqué ¿sabes quién es?
  • Claro, le respondí, es el Gobernador del Estado...

Procedentes de Manitoba, Canadá, llegaron a tierras del noroeste de Chihuahua, a principios de los años 20 del siglo pasado, familias de un grupo étnico conocido como menonitas, hombres dedicados al cultivo del campo que, con el paso de las décadas trajeron al noroeste del Estado una fuerte prosperidad, se convirtieron en el motor de la economía de esa región.

Con la década de los 70s. del siglo pasado, llegaron gobiernos de tinte socialista, el primero, encabezado por el presidente Luís Echeverría quien destrozó la economía de muchas regiones, expropiando tierras y empresas y creando otras de carácter estatal que fueron la imagen de la ineficiencia burocrática.

Las intenciones expropiatorias de Echeverría llegaron a Chihuahua y una de sus metas era privar de sus posesiones a gran cantidad de familias menonitas, el entonces gobernador del Estado Norteño tuvo fuertes enfrentamientos con un presidente que no entendía razones, su afán de llevar el socialismo a todos los rincones de México le cegaba y por más que el gobernador le insistía que el correr a las familias menonitas sería desastroso para el noroeste del Estado, Echeverría continuaba en su empeño.

Se cuenta que el gobernador en uno de los enfrentamientos que tuvo con el presidente, le hizo mención de que el Congreso de Chihuahua estaba conformado, en su mayoría por diputados jóvenes y valientes y que los cabildos municipales se encontraban en condiciones similares y que no dudarían en emitir una opinión favorable de que el Estado de Chihuahua se separarse de la federación mexicana para formar una nación independiente.

Hoy los menonitas continúan siendo un factor importante en la economía del Estado de Chihuahua y su aporte es reconocido en todo el mundo. Gracias a un gobernador que no le tembló la mano para poner en orden a un presidente autoritario.

Ese empresario audaz y joven, había concursado para la obtención de una obra de infraestructura de gran magnitud en el Estado, su empresa no era de la región, pero había presentado la mejor propuesta y se había visto favorecido. En una ocasión me platicó que en realidad se asombró de haber ganado y que tuvo temor ante la magnitud del trabajo que tendría que desarrollar durante los siguientes años.

En su plática refirió que, una vez obtenido el resultado del concurso, se acercó al gobernador, le agradeció y también le preguntó sobre cual sería el porcentaje que tendría que darle, a lo que el gobernador le dijo que no era esa su forma de trabajar, pero que le agradecería que cambiase el domicilio de su empresa al Estado, para que los impuestos se quedasen ahí.

Durante el desarrollo de la obra, el empresario fue haciendo lo que se conoce coloquialmente como “guardadito” y luego de hacer la entrega de la obra se acercó al gobernador y le mencionó que tenía ese dinero en señal de agradecimiento por el trato que había recibido del él.

La respuesta del gobernador fue amable pero contundente, le propuso que ese dinero lo destinaran a crear otra obra que beneficiaría a dos poblaciones de la región.

La primera historia la viví personalmente, la última la conocí de primera mano y la segunda es un secreto a voces en el mundo de la política chihuahuense.

¿Cómo ve mi apreciado lector la diferencia con los políticos actuales?

Ahora utilizan los aviones propios del gobierno y si no los hay, se dejan querer por algún empresario que le facilita su aeronave a cambio de favores que entre ellos quedan y no falta aquel que pretenda darse baños de pueblo ostentando que viaja en líneas de pasajeros (en donde evidentemente no viaja la gente humilde) en una supuesta pretensión de humildad que en realidad es un desplante soberbio que pretende aparentar que el gran funcionario es proletario.

O que le parece el gobernador que esconde su cabeza en la arena, mientras las fuerzas del gobierno federal golpean y asesinan a los habitantes de su Estado, en vez de enfrentar con valor y argumentos al que pretende ser el todopoderoso presidente.

Y ni que hablar de la podredumbre del moche en la obra y compras públicas que invade al gobierno mexicano desde la cabeza hasta el funcionario de tercer nivel. Que piensa usted de un gobierno que usa la constitución como papel higiénico y realiza la mayoría de sus compras adjudicándolas directamente a sus favoritos y en lo oscurito.

Como se dice en México “Qué tiempos aquellos señor Don Simón”